
«Cuán presto se va el placer;/cómo después de acordado da dolor; cómo a nuestro parecer/cualquiera tiempo pasado fue mejor.» Citando a Jorge Manrique, bajo nuestro prisma, “cualquiera tiempo pasado fue mejor”. Y siendo objetivos, en este caso es una verdad irrefutable, al menos en el tema que nos ocupa. Nuestra ciudad, gracias al boyante siglo de oro del Jerez, durante el XIX disfrutó no solo de unos mayores PIB del país, debido a una de las principales industrias de entonces, que era la que implicaba a la práctica totalidad de la región en la elaboración del vino, sino que culturalmente estaba al nivel de las grandes capitales europeas. Este alto potencial económico, acompañado de influencias foráneas gracias a los propietarios extranjeros de casas bodegueras que se iban asentando en la ciudad, permitió que en nuestra ciudad existieran importantes círculos literarios, mecenas que invirtieron en diferentes formas de arte, así como la gran eclosión y desarrollo del flamenco.

Obviamente no podemos estar anclados en el pasado, porque podemos dar por sentado, que esos tiempos ya no volverán. Pero de verdad, ¿No está en nuestra mano, tanto de las bodegas, fundaciones o gobiernos locales, el generar cultura a través del vino?
Casi siempre que hablamos largo y tendido Juan y yo, surgen ideas (como las que seguro tú también tendrás), que con un poco de ayuda y algo de esfuerzo, pondrían su granito de arena a fomentar en nuestra sociedad la necesidad del consumo de cultura de calidad.

Dejemos ya de repetir la misma fórmula que se viene utilizando desde hace años, que ya llega hasta el hartazgo y que solo cubre mínimamente la cuota de ocio más que el hambre de conocimiento. Hagamos certámenes de pintura en los viñedos o recitales líricos en las bodegas, catas comparativas con otras regiones históricas o con nuestra propia historia en el pasado, cursos sobre todo el conocimiento olvidado que sigue presenta en la extensa bibliografía que conservamos, o explotemos de verdad la unión entre nuestros dos grandes universos, vino y flamenco.
En definitiva, tantas ideas, y tanto por hacer…
Fran López